Ser un Virus en épocas de Globalización


La gran preocupación a nivel mundial por estos días tiene que ver con el virus de la llamada “Gripe Porcina”. Todos han venido a opinar sobre el asunto (y este Blog no es la excepción), unos quejándose, otros informando o desinformando, y otros, incluso, alabando apocalípticamente la ahora famosa enfermedad.

Para un virus esta época es, sin duda, una de las mejores para existir. El mundo interconectado, que intenta franquear cualquier obstáculo en sus comunicaciones, es el escenario perfecto para ser un virus famoso. Entre aviones llevando miles de personas de un punto del Planeta a otro, entre millones de personas hacinadas en sistemas de transporte hipermasivos, con medios de comunicación transmitiendo en vivo desde aeropuertos y hospitales, y con extensas redes creando y replicando información a velocidades impensables, es natural que una nueva y desconocida enfermedad se robe todas las miradas.

Sin embargo, hay cierto tipo de cosas que, leyendo entre líneas, he encontrado por ahí con respecto a la Gripe que quiero compartir con ustedes. Por un lado, el nombre que se le ha dado ha sido un hecho de discusión y disputa: a los empresarios de carnes y porcicultores les ha ofendido que se maltrate de esa manera el nombre del cerdo, que les da de comer. En su reemplazo han propuesto llamarle “Gripe Mexicana”, sin medir los alcances que puede llegar a tener esto, teniendo en cuenta que varios grupos xenófobos ya se han postulado para acabar con la epidemia desde lo que ellos llaman “la raíz”.

Además, otro par de cosas curiosas: CNN expresa su preocupación porque las personas han preferido conocer las noticias de la enfermedad vía Twitter y no viendo su canal (y todavía se preguntan por qué); hay gente pidiendo que se suspendan los vuelos provenientes de México como esperando a ver si se mueren sólo ellos; y aquí en Colombia ha resultado ser un excelente titular tanto para vender más, como para no poner otros (como los de los Uribe Jr. o los de la reelección). Y por último me causa inquietud la declaración del estado de “Desastre Nacional”, que puede ser usada para quién sabe qué en estos días.

Habrá que esperar para ver qué pasa con el paso de la semana y qué nuevas cosas aparecen alrededor de la contagiosa curiosidad.

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